martes, 22 de marzo de 2011

Quedamos todos roncos

Siempre nos salvará lo nuestro, nuestro semillero, nuestro estadio, nuestros hinchas incondicionales. Es decir, todo aquello que no han cuidado y potenciado los directivos. Todo lo que más queremos los hinchas. Todo lo que si crece nos ayudaría a estar mejor a todos (a Gimnasia). Eso que nos termina “salvando”.

Neira sale de las inferiores. Como el “Melli”, como pasó con “Chirola”, con el “Pampa”, con Rinaudo. Son nuestros. Los hinchas lo saben y también saben que lo que perdimos en 25 y 32 lo salvamos en 60 y 118. De no ganar clásicos, ni a Boca, ni a Racing (etcéteras varios) tuvimos que volver al Bosque para ganarles otra vez. Y el Vélez (posteriormente campeón) y el Huracán (campeón moral) y Lanús (con un crecimiento institucional envidiable) y el clásico rival alardeando por una copa, todos se fueron sin nada de la casa del Lobo. Cada vez que la necesidad ahorcaba en serio, cuando perder con Quilmes o con San Martín de Tucumán hubiera significado no un drama sino una “tragedia” futbolística, mirando la tabla del descenso, el Lobo se hacía fuerte en el bosque. En ese Bosque con un hueco que nos recuerda permanentemente la inoperancia, la mediocridad dirigencial que nunca sabe como hacer (en algunos caso no lo sienten) construir un Gimnasia mejor. Es que sin convicción, sin proyectos netamente propios y sin huevos, es difícil que el club crezca, diría imposible.

Muchas veces nos mienten con los “negocios” para “zafar” lo urgente o sino el verso del “progreso”. Muchas veces desde algunos medios partidarios - partidarios de la contra - nos buscan imponer filosofías que no eran nuestras y es entonces cuando peor nos va. Gastamos en los Graf, los Casas, los tigrillos Salazar, los Arce, los Semino, los Cornejo. Perdemos puntos en escenarios pinchas, diseñados por pinchas, fríos como los pinchas, donde en el vestuario que se tiene que usar, por ejemplo, no está el casillero Nº 13 a pedido de Bilardo, recordando hasta en esos detalles a quién pertenece la mole gris y anaranjada.

Pero de todas estas cosas nos salva siempre: lo nuestro. Desde el pibe que sale de las inferiores hasta el empuje de esos locos, saltando o pegados al alambrado son máquinas de dar, dan su voz, su aliento, su esfuerzo para pagar la cuota. Permanentemente dando.

Un 21 de marzo del 2011 Gimnasia tenía que ganarle a Tigre. En la tabla de promedios Gimnasia está en descenso directo y contra eso (¿o por eso?) los triperos un día lunes, llenaron la cancha otra vez. No son hinchas “golondrinas” que van por la novedad y si las circunstancias son buenas. Son los que cuando se jugó con Rafaela agotaron las entradas a pesar de venir de un 3 a 0 en contra. Estaban los que fueron a Lanús, los que juntaron peso a peso para ir a Colón, los que llegan caminando con la bandera. Son los que traen a los pibes y los ponen en sus hombros y uno puede verlos con sus caritas, sus ojitos abiertos imitando al papá, ese gorro que le queda tan grande y aprendiendo con el viejo lo que es la pasión, la fidelidad, forjando su identidad.

Y uno siente el aplauso a Néstor Basile y piensa tenía que ser Tripero ¿Qué hincha de otro club llega a algo así? ¿Qué otra hinchada genera personajes de esta índole y reacciones masivas de esta manera? Un estadio aplaudiendo, de pie, a un tipo de 66 años que seguramente muchos pibitos ni conocieron y sin embargo escucharon de él, leyeron una nota, sabían que había sido coherente toda su vida y luchado siempre, desde su lugar de “hincha con micrófono” por un Gimnasia popular, de inferiores fuertes, en el Bosque y cada vez más grande. Sólo Gimnasia puede generar este tipo de cosas. Y cuando Gimnasia es Gimnasia, cuando el Lobo se une, se nutre de lo propio, entonces no hay ni caperucitas ni tigres que puedan hacer algo en contra.

Qué sea siempre así, más allá de los resultados malos que alguna vez habrá. Ojalá que vengan muchas noches más como estas, con una luna enorme, todo lleno y el estadio terminado, con reconocimiento a lo mejor que tenemos: el hincha de Gimnasia y con muchos jugadores de inferiores metiendo goles. Ojalá que vengan muchas noches más así, festejando en las tribunas nuestras, las tribunas gimnasistas y sobre el final, festejando que ganó el Lobo, gritando todos unidos, hasta quedar todos roncos. Rafael Ton

martes, 8 de marzo de 2011

Subir construyendo

El tema de la Localia, del campo de juego, del poco cuidado de lo propio, deja entrever también otras cosas. Hemos escuchado a Directivos que decían que era caro un operativo de 20.000 pesos en 60 y 118, frente a All Boys pero que no dijeron nada cuando se les cobró más de 50.000 en el estadio provincial en un partido sin visitantes. (¿No habían dicho que era gratis?) Informaron que los partidos - salvo Independiente - se jugarían en estadio neutral y ahora, como los dueños del estadio naranja quieren cuidar el campo de juego para la Copa América, se volvería a jugar en 60 y 118. ¿Cuál fue la ganancia de irse del bosque? Más allá de la suma y las restas ¿Qué se obtuvo a cambio? es obvio que deportivamente fue un fracaso rotundo que repercutió en lo anímico y en la tabla por no descender. Tampoco hubo una solución por las tierras del Bosque, así que es evidente que nadie negoció eso tampoco. No hubo dinero u obras para el estadio propio, aún sabiendo que debería utilizarse cada vez que el predio de 25 y 32 sea utilizado para recitales o eventos que deciden sus dueños. Nadie informó que el monto que recibe Gimnasia por el recital de U2 parece que es menor al que recaudó, por ejemplo, el Lobo en un amistoso. Nadie informó ni desmintió a qué se deben las renuncias de miembros de Comisión Directiva ¿Hubo desacuerdos en éste u otros temas? Negociar, haciéndose valer es muy distinto a someterse a todo lo que digan los demás; quedó evidenciado en el último clásico cuáles son los resultados. Contra esto: la unión hace la fuerza y los Triperos bien saben de aguantar y de salvarse, en contra de todo pronóstico. Los socios triperos que estuvieron siempre, en las malas, pagando y acompañando, se merecen un rumbo mejor en éste tema. Gimnasia no nació para títere. Gimnasia nació para lo que es: un grande y que puede ser muchísimo más grande todavía, sobre todo si se pone a trabajar en tres cosas: Un estadio propio y bien localista; llenarlo de socios siempre; inferiores e infantiles para que todos los pibes de la zona se prueben y triunfen en Gimnasia. Si Gimnasia en lugar de gastar en los Casas, los Graf, usaba ese dinero en construir estos tres puntos, hoy seguramente ya no peleaba el descenso. Porque los clubes que priorizan y trabajan para tener una fuerte infraestructura propia e inferiores poderosas, pelean campeonatos. Volvemos a repetir los ejemplos de siempre, más allá de Vélez o Lanús, o de Banfield que construyó mientras jugaba o de Argentinos que construyó y se hizo fuerte en su propio estadio y luego también consiguió un título. En Santa Fé, hace muchos años, Colón construía y Unión compraba jugadores, basta ver las realidades de ambos clubes hoy para entender que esto no es un tema menor. Hay que salvarse construyendo. Si queremos llegar alto, construyamos alto. De acá en más aprovechemos las oportunidades para negociar pero en serio, no para chupar medias sino para negociar en favor de Gimnasia, para poder construir y para no estar repitiendo la historia otra vez dentro de unos meses, sobre todo porque alguna vez nos puede salir muy mal. ¡Y Vamos Lobo que de peores hemos salido!

Rafael Ton