lunes, 31 de mayo de 2010

UN HINCHA DE GIMNASIA x Rafa Ton

UN HINCHA DE GIMNASIA
X Rafa Ton de Revista Ginasiá! Todos los meses a 5 pesos en kioscos de diarios y revistas


En una entrevista, hace un tiempo atrás, me tuve que cruzar con un tipo, un rosarino, leproso lavadito, careta, de esos típicos pelotudos que cuando las cosas van mal “esta todo arreglado” y cuando las cosas vienen bien “somos los más grandes”. Encima pretendió cargarme, solapadamente, por uno de los clásicos que Gimnasia perdió en el puto estadio trucho. Y entonces me preguntó ¿Qué era ser hincha de Gimnasia? Como queriendo decir ¿Cómo hacen para ser hinchas de Gimnasia si no tuvieron equipos campeones en los últimos años? El resultadista, que estaba contento y agrandado y hablaba porque habían ganado hacía poco un torneo, me pregunta ¿Qué es ser hincha de Gimnasia?. Y uno no puede dejar de pensar, con semejante pelotudo que sí la pelotita no entra no se pone ni la camiseta: “¿como hago para que me entienda?”… Con un detalle que hay que contar: entró al estudio con una campera de lluvia (lloviznaba afuera) con dos rayitas azules y amarillas (y él era de Newells) y otro de los entrevistados le preguntó ¿Qué haces con esos colores? Y el boludo fosforescente (porque hasta de noche se veía que era boludo) respondió: “no importa eso, me la regaló mi vieja…” y como todos nos reímos y quedo en evidencia, agregó: “además es de marca, loco, la quisieran tener ustedes”…
Era evidente que era al pedo contestarle a ese pero había otros escuchando entonces respondí, mirándolo a él: “imaginate una tormenta. Pero una tormenta grosa. Que tiemblan las paredes. Que caen relámpagos. Qué los truenos aturden y hacen correr a los perros asustados en las calles. Con viento, remolinos. Cerrá los ojos y sentí ese viento, que tira basura, que levanta tierra, que se te mete en los ojos y no te deja ver. Pensá en una tormenta con nubarrones negros de plomo, que parece que no se va ir nunca. Gotas de agua con forma de agujas que te pegan en la cara y te empapan en cuestión de segundos. Ahora, en medio de esa tormenta, imaginate a un tipo en cueros, con jeans gastados. Con un caño de plástico gastado, con una bandera gastada, rasgada. El tipo empecinado, esta tratando de que la bandera flamee a pesar del peso del agua en la tela. El tipo también empapado y con las gotas como agujas que le pegan en el cuerpo, con los pies que se hunden en el barro. Y a pesar de que con todo el esfuerzo la bandera, obviamente, por la tormenta, no puede ondular del todo, le brota un grito desde el alma: ¡Vamooos Loboo, carajo!.
Aunque putee como todos o proteste a veces en la cancha, trasciende el fútbol. No importa si se viene de perder, de ganar, de empatar o si hubo partido en la semana. No necesita que las cosas salgan bien para sentir y para estar. No nace su pasión de un motivo “lógico”. El grito de amor por el club, que es su bosque, su viejo, su pibe, su amigo, el escudo, su camiseta y mil cosas más se condensan en ese grito de ese loco empapado que nunca es el único, porque siempre aparece otro tripero que entiende y siente lo mismo: ese “solo” grito, ya vale la pena, aún en el medio de la peor de las tormentas. Eso es un hincha de Gimnasia”.
Rafa Ton de Revista Ginasiá!.

lunes, 24 de mayo de 2010

Corazón Tripero


Pobre corazón. Ya no palpitaba: ¡cabalgaba!.
Gritar. Cantar. Saltar. Abrazarse y pensar "ya está, ahora los acorralamos y con más espacios, goleamos” y a los poco minutos "no está nada, gol de ellos". Y otra vez y a sufrir. Y así y dale que va. ¿Hace cuanto que venimos con nuestras banderas, aguantando en esta montaña rusa? Cayendo, subiendo, bajando, gritando, con los ojos abiertos, con los pelos de punta”.
Y ésta última tarde nos tenía reservado lo que al menos mi memoria ya casi no registraba: "un golazo de tiro libre". Marco Pérez. ¿Para que los hacían patear a Maldonado y Aued los tiros libres antes, para qué? preguntaban indignados algunos hinchas. Y asomó otro dato, nada común para nosotros: dos jugadores expulsados del rival. Y un arquero que se lastima feo y tiene que salir (y todos aplaudimos en señal de apoyo, como no olvidando que esto no es una guerra, aunque nuestro corazón lo sienta así). Y hablando de guerra me dijeron que hubo “bombas” ayer por la noche en el hotel donde pretendían descansar los jugadores de Rafaela. ¡Qué locura!. Ya había pasado la vez anterior. Es que algún tripero habrá dicho, si no dormimos nosotros, menos duermen ellos. Y uno los mira de reojo, allá en la tribuna visitante. Devolvieron 1000 entradas de las 3300 que le dimos...No todos son como el Lobo.
¡Qué desordenados tengo todos los recuerdos! Es que estoy agotado, he tenido dos semanas de correr y gambetear y atajar y en el final: nada de partido tranquilo, al contrario. Porque pareciera que Gimnasia le gusta complicarse. Hasta el final del partido con los nudos en la garganta…
Y eso que salió todo a pedir del Lobo. Porque veníamos con 13 puntos y el primer partido lo perdimos en Mendoza…pero bueno, nos protegió el Bosque, cayeron las colegialas (¿ahora tendrán de clásico a Quilmes?) Boca, Racing, Independiente, la mayoría de los puntos los sumamos en 60 y 118 y llegó, otra vez: la promoción. Y fue en casa donde, sufriendo, con el corazón galopando, volvimos a quedar en primera. En realidad el equipo, porque los hinchas de Gimnasia siempre fuimos, somos y seremos de primera. Aunque nuestro equipo no juegue como el campeón Argentinos Juniors (un equipo con cancha) siempre estamos.
Y siempre estamos gracias a ese que late ahí adentro, valiente, galopando en partidos como frente a Rafaela o como el clásico. ¿Cuántos corazones había éste domingo? Se desbordó todo. Todo repleto. Todo pasión. Así es Gimnasia.
Pobre corazón. Ahora hay que parar. Hacer una pausa. Pensar a ver que se puede hacer, entre todos, para mejorar y no tener que padecer tanta presión. Autocrítica. Proyectos a largo plazo para fortalecer el club, su patrimonio y su semillero. Pero en serio. Sin figuretismos. Sin salvadores ni urgencias que nos hacen caer siempre en los mismos resultados. Cuidando lo propio.
Siendo agradecidos con nuestros hinchas, que tanto y tanto han dado. Con nuestro Bosque que tanto nos protege y que es por sobre todas las cosas: una fábrica de triperos. Con nuestro futuro, los pibes, asegurándonos que no les falte una camisetita de Gimnasia y medios para ir al Bosque a aportar su granito de aliento, a NINGUNO, en ningún barrio.
Priorizando eso que es fuerte, que aguanta, que resiste, que nos hace distintos, que late y galopa en azul y blanco: el corazón tripero, los corazones triperos.
Construir entre todos un club fuerte, en etapas, con estadio propio, con semillero, con muchos socios, con identidad popular para estar presente siempre mayoritariamente en todos lados, es la mejor forma de que vengan las alegrías deportivas que los corazones triperos, largamente merecen. Amén. Rafa Ton


viernes, 21 de mayo de 2010

¿Qué esperamos el domingo?

Qué cuando termine el partido el hincha del Lobo pueda quitarse el chaleco antibalas, así golpeado como está y descansar un tiempo. Qué ese tipo que se gastó horas y el dinero que no debería en ir a Rosario, a Rafaela y puteó si se quiere pero más cantó “Dale Lobo” tenga su debido descanso.
Qué ese hincha de Gimnasia que paga la cuota, que se banca que lo manden a jugar un viernes laboral a las 14 horas con Lanus, un clásico en febrero también en día laborable y un partido importantísimo con Chacarita en La Paternal, también a mitad de semana. Y siempre fue y alentó y seguirá estando: tenga un premio. Porque nunca nadie le pide disculpas por estas cosas que tiene que pasar. Nunca nadie le palmea el hombro. Juega en Banfield y lo hacen dar vueltas y gastar gasoil y esperar y llegar justo y el partido sale mal. Y nadie nunca le pide perdón, reconoce un error o le reconoce de algún modo esa fidelidad que no abunda en estos tiempos. Está bien, el hincha elige atar su destino a los colores, nadie lo obliga (quizás su corazón) pero alguna vez podrían tirarle una buena, entre tanta suba de precios, entre tanto pelotudo de la televisión que llama “barra brava” a todo aquel que no permanece sentado y que putea o cuelga una bandera.
El Tripero que no le da lo mismo jugar en cualquier lado porque quiere su bosque (el nuestro) y no le cabe el modelito de la comodidad sin colores, compartida con los amargos, y el que entiende códigos y sabe que al pibe que viene del club se le tiene más paciencia que al extraño que pasa y sigue de largo. Es el hincha de Gimnasia que en cada fiesta, cada navidad, cada cumpleaños, reserva un brindis muy especial para su (nuestro) club. Ese merece un descanso, una alegría. El resto también si quieren, los jugadores, el cuerpo técnico, pero sobre todo, el Tripero, el que grita, el que salta, el que a veces putea pero bajo ninguna circunstancia abandona.
Si las cosas salen bien, los que tienen la posibilidad de jugar, de meter, de transpirar la camiseta, deberían decir a los cuatro vientos: “esto es para ellos, los que se suben a los micros y flamean banderas. Ellos que ponen y ponen. Como nadie. Fieles. Y que si alguna vez me putearon, es cosa de hombres, es cosa broncas que pasan. Pero ellos son la sangre del club. Sin ellos no habría: partidos televisados, cuotas, gorros, fama, estadios, fiesta…”.
Los hinchas de Gimnasia en sus banderas no pintan quejas de deudas, se pintan promesas de amor. Se pinta el aguante. Berisso, Ensenada, La Granja, Villa Arguello, El Dique, Regatas, Monasterio, Villa Elvira, Los Hornos, Tolosa, Villa Elisa, Ringuellet, Altos San Lorenzo, el Mondongo, La Plata, alrededores, sus barrios entrañables, quedan aferrados al alambre y se hacen tela y grito.
El domingo que viene. Si nos toca reír, es un premio merecido para la mayor parte de la hinchada, la amplisíma mayoría. Un premio qué se gana con cada partido pero también contando el que viene, hay que poner un poco más, dice la canción, y así es. Y el anhelo que los que defienden la gloriosa casaca, dentro del campo de juego prueben que están a la altura de las circunstancias. Hay un pueblo detrás que espera lo mejor de ellos y ellos tienen la oportunidad de brillar.
Lo que viene después, es otra historia, donde todos tenemos que participar. Donde todos tenemos que replantear muchas cosas seguramente, para que no sean constantes finales de “abajo” y podamos crecer como club, con obras propias y trabajo, para tener la infraestructura en el futuro para construir cada vez, mejores equipos. La autocrítica es necesaria para mejorar. La humildad es el único colchón real que tienen las caídas. Qué no nos pase como a otros que por festejar antes de tiempo, llenaron de humo sus ojos y terminaron llorando por un gol. Nunca hay que festejar antes de tiempo, Triperos, ni creer que “ya está”. El respeto es un boomerang. Y mucho menos hacer como otros necios que llegan a justificar lo injustificable (les faltó decir que cierto jugador desleal le pegó con la cara en el codo al yogurisimo).
Pero vayamos a lo nuestro que es lo importante: El apoyo en estas horas es fundamental. El domingo: uno al lado del otro, gritando lo mismo y para adelante, con esperanza y con la pasión de toda la vida: ¡Vamos Gimnasia! Nuestros hinchas, que siempre fueron, son y serán de primera, se merecen una alegría. Rafa Ton

lunes, 17 de mayo de 2010

LO QUE ES TENER CANCHA ¿NO BICHI?

Argentinos salió campeón. Festejó en su barrio. En su estadio. Unos días antes, Claudio Borghi, su técnico pudo decir con un orgullo compartido con todos los socios del "Bicho": “Argentinos tiene cancha” (el que salió segundo no puede decir lo mismo). Hace un tiempo atrás Banfield amplió y renovó su estadio, sin dejar de ser local. Después salió campeón. Vélez desde hace años tiene presupuesto asignado para su estadio. Se vende un jugador y un porcentaje se usa en el Amalfitani. No es una pérdida, es inversión. Y ese pensamiento, el no quedarse solo en los resultados deportivos y jugadores, lo ha llevado a tener una institución fuerte que consigue los mejores resultados. ¿Qué hizo Colón antes de entrar por primera vez en su historia en la Copa Libertadores y mantenerse en primera?...¡Adivinó!: remodeló su cancha. ¿Qué hizo Newells Old Boys, un año y medio antes de salir campeón en Parque de la Independencia?...amplió y remodeló su estadio (única obra de esa etapa). Pero claro para eso hay que sentarse y hablar de proyecto de club, de proyecto de estadio. En Gimnasia tenemos hace 15 años a un Arquitecto (Luís Díaz) socio, tripero que recorre todas las canchas alentando al Lobo con un proyecto para hacer más grande el estadio y más grande a Gimnasia. Desaprovechado. Ignorado muchas veces. Es un proyecto en etapas. Un proyecto que llevaría a que en el futuro estuviéramos más orgullosos todavía del club. Recordando que Chebel (ex presidente de Lanús) o Raúl Gámez (Vélez) no necesitaron billetera gorda, no son millonarios y sus clubes han crecido enormemente en los últimos años. En etapas. Simplemente llevaron a cabo un proyecto. Y al principio se bancaron varias jodidas pero siguieron construyendo o mejorando. Intentando sumar socios, construyendo su estadio, cuidando su semillero. Y así se llega. No esperando milagros o golpes de suerte. No se necesitan presidentes salvadores con dinero sino con ideas y liderazgo para formar grupos de trabajo de gente que sepa y todos sepan que club quieren. Las obras en un club son la única prueba de que se está en marcha. No hay versos. Los equipos de trabajo son infinitamente mejores que una sola persona con dinero que después se creerá con más derechos que el resto de los socios y casi dueño de las obras que ayudó a llevar a cabo. Gimnasia tiene un potencial nunca bien encaminado: su gente. La mayoría no pertenece a la clase media más pudiente pero son muchos y con muchas ganas de que todo éste mejor. Tienen una fidelidad que nunca se encausó. Hay que llamarlos, incluirlos y darle la oportunidad de poder ayudar, cada uno con lo suyo. En los años noventa en Argentina, creció la idea de que una platea de cien pesos vale más que ocho populares de veinte. También nos repitieron qué es lo mismo el que se sienta a ver televisión y le pagaba un codificado a una empresa que le daba limosnas a los clubes que el tipo que con esfuerzo paga cuota de socios, pasajes, viajes y entradas de visitante y lleva la bandera de su club. Pero los hinchas de Gimnasia somos distintos. Gimnasia es un club aparte de esta dimensión. Cualquier otra hinchada que hubiera sufrido los golpes, las traiciones, las promesas incumplidas, los precios, los maltratos, las desilusiones que sufrieron a lo largo de la historia los hinchas de Gimnasia, ya no existirían como hinchada. Serían un puñado de personas. Sin embargo la hinchada de Gimnasia sigue creciendo, sigue siendo una leyenda viva. Sigue siendo una isla de locos que pocos entienden y que el día que se unan los triperos para construir y no para soñar solamente, no va a ver rival que lo pueda detener. Hay que tener cuidado con el egoísmo. Es una enfermedad a veces fomentada por los grandes medios que trae los peores resultados. El tipo que ignora que San Lorenzo, Banfield, Lanús, Vélez, Argentinos, prueban que cuidar su estadio, su localía, ha ayudado a esos clubes a conseguir títulos, es el mismo que te dice “no me importa donde juega Gimnasia, lo que importa es que gane….” La traducción es: “no me importa la gente, el club, solo yo, mi disfrute. No me importa que se construya de a poco un club creador de equipos competitivos que podrán salir campeón. No quiero hacer nada pero me quejo porque quiero que haya gente que haga todo como yo quiero para que yo festeje”. ¡Basta de “yo” en Gimnasia!. “yo lo salvo - yo compro - solo me importa si yo lo veo cómodo el partido, por más que el patrimonio del club se abandone” Porque eso nos va llevando a un club desarticulado. Y un club desarticulado pierde, siempre pierde. ¿Cuando va a andar mejor Gimnasia? Cuando logre hacerse fuerte como club. Cuando te duela que haya hinchas de Gimnasia que no puedan ir a una cancha visitante porque no tienen plata y entonces tratas de poder hacer algo por ayudarlos. Porque podrías ser vos. Cuando te tocan los colores de la camiseta y saltas a protegerlos. Cuando comprobás que no necesitas un mesías con guita que, por ejemplo, organizando un partido donde vayan 15.000 triperos a la popular y paguen 10 pesos cada uno, ya juntaste 150.000 pesos. En una tarde, sin contar plateas o televisión o venta de camisetas. Y eso marca que trabajando en eventos así (con precios populares) y sacando dos pesos por partido de cada bono, en un año podemos tener un estadio con mucha más capacidad, terminado. Y de la misma forma, generando recursos, podemos hacer crecer el predio el Bosquecito y podemos hacer crecer la pensión y a los pocos años, tenes todo para que vengan muchos pero muchos chicos al club, y quieran al club y lleguen a primera y se armen buenos equipos porque habrá mucho para elegir. Cancha grande, propia, llena de socios y equipos competitivos pero no de casualidad, sino que se vayan forjando en el club. Eso no te lo va a regalar un “iluminado”. Eso se construye exigiendo a cualquier comisión directiva: que de cada cuota y de cada venta de jugadores, use un porcentaje para obras. A partir de allí, un poco de paciencia, que es lo que hemos tenido durante tanto tiempo, pero con la diferencia que estaríamos acompañando el crecimiento, el ladrillo a ladrillo de algo que será fuerte y no un “a ver que pasa este año con tal goleador o si zafamos o no”. Hemos gastado millones en “aves de paso”. Piensen que club, que estadio, que predio para las inferiores, podríamos tener hoy si se hubiera impuesto hace unos 15 años que (por decir una cifra) el 25% de la venta de cada jugador se utilice obligatoriamente en obras en nuestro estadio y en el Bosquecito. Hagamos cuentas, el 25% de la venta de Facundo Sava, Gonzalo Vargas, Nicolás Frutos, Diego Alonso, Lucas Lobos, Lucas Licht, Andrés Guglielminpietro, “Chirola” Romero, Roberto “Pampa” Sosa, Leandro Cufré, Nicolas Cabrera, los “mellizos” Barros Schelotto. ¿Se imaginan el estadio localista y moderno que tendríamos, mientras los vecinos están pululando por Quilmes? ¿Se imaginan un Bosquecito con pensión incluida y los mejores vestuarios, donde pibes de todos lados vendrían a probarse sabiendo que Gimnasia tiene infraestructura y los trata bien? Recordemos que Gimnasia vendió a Diego Alonso al Valencia, a Sava a Inglaterra, al Pampa al Udinese, a Yllana al Brescia, Teté González a la Lazio, es decir, algunos por más, otros por menos pero no se fueron de Gimnasia a un club del nacional B. Y el hecho de no haber construido, no es un pecado de una comisión directiva, o dos, o tres. Es también un error de los socios de no pedirlo y de no involucrarse un poco más. Quizás la ansiedad, poner el carro antes que el caballo, es decir querer tener el equipo armado antes que el club armado y bueno, los resultados están a la vista…. Pensemos si en lugar de pagar sueldos de Cornejo, de Civelli, de Muller, se hubiera usado ese dinero para mejorar las plateas, levantar baños o ampliar populares en 60 y 118 o construir un vestuario en el Bosquecito o hacer campaña para aumentar socios…¡qué distinto panorama habría!. Hace años que todos decimos que hay que tener los dos líneas con la hinchada local atrás. Se puede hacer, no se hizo. Hace años que se sabe la imagen vende: estadio lleno, significa potenciales clientes, potenciales publicidades de quienes quieren vender. Agrandar el estadio y procurar que se llene siempre, también es importante. Hace años que sabemos que la mayoría de la gente de Gimnasia es humilde, entonces no hay que ir a ofrecerles sorteos o descuento en tarjetas de crédito en viajes al exterior, hay que buscar que puedan ingresar al menor costo posible la mayor cantidad posible y así que se vuelvan a acostumbrar a alentar a su equipo y no quedar afuera resignados a mirarlo por televisión. Todos queremos tener un lugar tripero en el Bosque o en la sede, donde poder alquilar para festejar: cumpleaños, casamientos, aniversarios, todo en azul y blanco. Pero tampoco se ha hecho. Todos decimos ¡Qué bueno sería que Gimnasia confeccionara su propia camiseta, que hubiera un miembro de comisión directiva exclusivamente dedicado a eso. Logrando que fuera más barata y a la vez generara más ganancia al club. ¡Qué lindo sería ver al Bosque repleto, que nadie quede afuera, que haya lugar para el que se quiere sentar pero también espacios para el que quiere saltar y se quiere hacer escuchar!. Qué todos tengan la posibilidad de ser socios de forma igual, con iguales derechos, el que tiene casa y auto carísimo y el que alquila una casa muy humilde, porque todo eso es Gimnasia. Y que el Bosque sea nuestro orgullo, azul y blanco y donde el visitante se sienta más visitante que nunca. No es cuestión de señalar culpas, porque una queja sin propuesta no sirve de nada, al revés. Es cuestión de que todos los Triperos aportemos lo mejor de nosotros, que es mucho y entonces vendrá lo mejor: el club como lo soñamos, forjador de grandes equipos, convocando multitudes, en un bosque remodelado y unidos en solo grito: Ginasiá!

sábado, 15 de mayo de 2010

AL LOBO NO LE GUSTAN LAS FÁCILES

Hace un tiempo atrás, al término del partido con Arsenal, tras la primera caída en el año en el Bosque, quedó la sensación, casi la confirmación que la mayoría de las veces que Gimnasia tiene “todo servido”, pareciera que se complica solo y tropieza. Es mentira que afloje en las finales, lo prueban la final de la Copa Centenario, nada menos que contra el River de Pasarella, la victoria en la semifinal de la liguilla en el 92, nada menos que contra el Boca de Márcico. El 12 de julio del 2009 (obligado a convertir 3 goles y no recibir ninguno) donde logró salir adelante. Es decir, no es que a Gimnasia lo complique lo “definitorio” sino lo que se presenta como oportunidad de saltar a la “tranquilidad”, lo que parece más accesible en la previa.“Si Gimnasia le gana a Tiro Federal, se escapa, tiene todo a favor”… y ya todos saben lo que pasó. “Si Gimnasia le gana a Central o a Arsenal, comienza a transitar un camino más tranquilo en cuanto a la pelea por no descender…” y entonces se empata o se pierde. Da la sensación que el Lobo se siente mejor frente al desafío jodido, cuando viene cayendo, cuando está en el suelo y le quieren pisar la cabeza y es ahí cuando se levanta y asesta sus golpes más fuertes.También fue así el último clásico: si el clásico rival viene agrandado al Bosque, moviendo la colita por un título (y además viene de ganar y Gimnasia de una derrota): El Lobo saca pecho. Guapea.Si River hubiera venido en alza, da para pensar que se le ganaba en lugar de empatar. El año pasado, con Madelón cada vez que aparecía la sensación colectiva que se despegaba, aparecía un empate con Racing o una derrota con Colón. Pero cada vez que era definitorio, que se veía en la previa que una derrota dejaba a Gimnasia nockeado, el Lobito guapeaba y no importaba si era fuera del Bosque inclusive, aún en Tucumán o en Liniers o en la Boca se forjaron triunfos notorios, claves.Es como que el Lobo necesitara tener todo en contra para agrandarse. Cuanto más difícil la situación, más se canta en la tribuna y más se transpira en la cancha y no estoy hablando de éste equipo. Qué es lo curioso. Recuerdo circunstancias similares con Griguol, con Troglio, con Ramaciotti. (Dejando de lado el tramo oscuro cuando el Lobo alquilaba el estadio de Tolosa, donde la distorsión era tan grande que el Lobo no parecía el Lobo y donde sacando dos partidos (Independiente y Fluminense) no ganaba, absolutamente ninguno de los partidos con mucho marco de público (los clásicos, Boca, River, Racing, etc…)Cuando lo quiso apurar el equipo albirrojo (o negri-gris) de Merlo, se fue con cuatro goles adentro, de 60 y 118. Y con el de nariz prominente ganaban 2 a 0 y al estratega (que ya en Boca había sufrido seis) se le escapó la victoria y le empatamos con dos sopapos de gol bien puestos. Pero claro, como contrapartida, después se perdían puntos con equipos como Arsenal o Gimnasia de Jujuy, justo cuando estaba todo dado para lograr acomodarse arriba.Aparte de todos estos datos: El hincha de Gimnasia va contra todo y con todo en contra, gritando ¡GINASIÁ! Le toca jugar un clásico día laboral, en febrero y con lluvia, y va. Le toca jugar un partido trascendente con Chacarita, día laborable y va. Lo hacen ir por un laberinto de calles para llegar a Banfield, tardando el doble que lo habitual pero igual va, llena todo y hasta obliga a abrir otro sector. Y juega con Arsenal en un Bosque que resistió la misma lluvia que pudo con la Bombonera y el hincha está presente. Nunca nos pasa como a otros que les gana el miedo, el clima o alguna derrota. Porque la pasión, real, siempre pesa más para nosotros que cualquier otra cosa; simplemente porque no es verso, es verdadera pasión. Otros están para sentarse a aplaudir o quedarse en sus casas cuando hay temores o mal clima. Los hinchas del Lobo estamos para afrontar el desafío. Nacimos para hacer temblar la tierra. Rafael Ton NOTA PUBLICADA EN EL MES DE ABRIL EN REVISTA GINASIÁ!. Publicación Tripera mensual.

lunes, 10 de mayo de 2010

GIMNASIA: EN CASA DE HERRERO...CUCHILLO DE PALO










En casa de herrero…cuchillo de palo. CARTA ABIERTA. Revista Ginasia! Abril 2010

¿Se dieron cuenta? Parece mentira. Gimnasia nunca hizo partidos de fútbol a beneficio de Gimnasia. Pareciera que nunca pasó por la cabeza de los directivos que hemos tenido, desde hace muchos años al menos, organizar partidos para juntar fondos para hechos concretos que beneficien al club y para festejar.
Cuando fuimos los primeros en cumplir 100 años de vida no hubo partido de fútbol. Cuando cumplimos 120…tampoco. No hubo un partido para festejar la obtención de la Copa Centenario. Gimnasia no ha tenido partidos en el Bosque para festejar aniversarios, su primer entrada a la Copa Libertadores o simplemente para buscar fondos para empezar una obra.
Supongamos que cada 3 de junio se organizara un partido con distintos rivales, para recaudar fondos para el Bosque. Sustentado esto desde la Comisión directiva que estuviera en ese momento y estableciendo el apoyo mediático correspondiente. (Sin difusión correcta esto, ni nada, sirve, obviamente) Y qué el rival sea “el Peñarol del tornado Alonso”, “la reserva del Napoli” o “Cerro Porteño de Paraguay dirigido por Pedro Troglio”. Qué para el Lobo juegue Facundo Sava y Charly Carrió. Qué dirija Griguol. Que ataje los últimos 5 minutos Moriconi. ¿Se entiende? Usar la imaginación. Sortear 10 camisetas como las que usaba el expreso del 33 y que luego de utilizarlas sean entregadas por los jugadores, al terminar el partido, a los ganadores.
Sabiendo que está en juego todo esto y para ayudar a renovar el estadio y para festejar el aniversario… ¿La gente de Gimnasia le daría la espalda?...
Supongamos que se venden 1500 plateas, a 100 pesos. (150.000) Supongamos que se vendan 8000 populares a 15 pesos. (120.000) Que se vendan 4000 rifas por las camisetas a 10 pesos. (40.000) o bien se cobre 5 pesos más la popular y todos participen de la rifa. Sin necesidad de cobrar caro, al contrario, bien popular como es Gimnasia.
Supongamos que se intenta - si se encuentra un rival internacional - que el partido sea televisado y que se usa esta ganancia para pagar los gastos del viaje del rival. (Alojamiento en Estancia Chica, claro está)
¿No seria un buen negocio para el club, para nuestro estadio? ¿No sería una forma de que todos seamos partícipes?
Ni hablar, ya sería un lujo, si en lugar de vender gaseosa y chori a precios prohibitivo se hiciera como en el “Día del Hincha” y se vendiera más barato y más.
Es una idea, que no es atribuible a nadie en particular, sino al hincha Tripero, al anónimo, al que quiere ayudar y a veces no sabe como dar una mano o no ha podido sumarse al espacio “Por y Para el Bosque” o a los distintos grupos o filiales que ayudan a cuidar y engrandecer lo nuestro.
Ojala algún día se concrete. No hay un solo camino para hacer las cosas. Cuando realmente está la voluntad de hacer más grande a Gimnasia: hay que buscar y buscar nuevos senderos que transitar, hasta llegar.

Revista Ginasiá!

jueves, 6 de mayo de 2010

Párrafo Favaloro Nota en Ginasiá! Nº1












Pareciera ser que nos equivocamos, que en algún momento modificamos los valores. La cuestión era "estar cómodos"; que uno con dinero comprara jugadores que nos iban asegurar grandes “éxitos”…Y un castigo cayó sobre todos nosotros, justos y pecadores, a partir de febrero de 2006. ¿Dejar tu lugar? ¿Renegar de tu patrimonio para sentarse en un lugar más cómodo? Así nos fue. Cómodos sí, vimos como bajábamos el promedio, cómodos presenciamos el peor clásico de nuestra historia y nos olvidamos como era ganar un clásico. Dejamos al lobo rodeado de butacas en lugar de tilos, en un lugar que no sabe de papelitos, salvo por máquinas, que no tiene colores, que fue diseñado por ellos y para ellos…Entonces quizás no sea una “maldición” aunque, sinceramente, lo parezca. Son resultados de que en algún momento nos olvidamos de que Gimnasia es una institución que contiene y expresa la pasión de un pueblo. Es decir: es mucho pero mucho más que un equipo de fútbol, que resultados deportivos o un puente para que pasen jugadores que no les importe la camiseta. No necesitamos un salvador si cada uno pone un ladrillo y un poco de paciencia para ver crecer los frutos.
En 1992, en radio provincia, en un programa llamado “Mesa de Deportes”, el periodista Néstor Basile le hizo una entrevista al Dr. René Favaloro. Recién se comenzaba a hablar del tema de la construcción de un estadio para que Gimnasia compartiera con su rival y el entrañable Doctor, dejando mudo (que no es poco) y emocionado a Basile y su compañero Javier Limousin: “la idea mudarse en lugar de cultivar los cimientos ya existentes no me atrae: Doña Cesárea, mi abuela, me enseñó desde muy chico, a amar la tierra. Los tilos que rodean el estadio de Gimnasia, su perfume, sus cambios acompañando el clima, son parte de mi historia, cuando iba con mi tío o cuando acomodaba los horarios de estudio, ya siendo más grande: No son solo recuerdos, son raíces, tallos donde floreció un sentir, como indudablemente le pasó a mucha gente. Y eso recuerdos hay que protegerlos, son como dije antes, un cimiento humano necesario”.
¿Qué más se puede agregar a las palabras del Doctor Favaloro. Que con su tono campechano, su facilidad de palabra siempre apuntaba a lo humano, a lo esencial.
Habría que haberle echo caso a quién tantas vidas supo salvar.
Será tiempo ya de valorizar y resguardar lo nuestro.
Dejamos pasar muchas. Cuando en 32 años sólo habíamos perdido dos clásicos en el Bosque: no lo supimos comunicar ni valorar. Cuando ganamos la Copa Centenario en 60 y 118, tampoco. Cuando tuvimos la oportunidad de tener la única cancha de cemento en la ciudad, con nuestros colores y para nuestra gente…lo desaprovechamos. Compramos la idea de progreso, de comodidad ajena y compartida. Hoy estamos pagando todo esto. Nos queda lo mejor que tenemos: la gente. El 8 de Agosto de 2009 Gimnasia convocó 5000 hinchas en Estancia Chica y el ganador de la copa llevó 250 simpatizantes al country…Eso hay que valorarlo y potenciarlo. Valorar lo nuestro y potenciarlo. Cada vez más concientes de esto. Cada vez más unidos tras un proyecto que desemboque en un estadio gigante, un bosquecito de lujo con cientos y cientos de pibes que garanticen el futuro y muchos socios, muchas filiales y muchas camisetas que salgan siempre orgullosas tras derrotas o victorias. Cada vez más fuertes. Si después de todo, más allá de lo que nos pase en lo deportivo, bueno o malo, cada vez somos más triperos. REVISTA GINASIÁ! Nº 1 (Sep 2009)