sábado, 15 de mayo de 2010

AL LOBO NO LE GUSTAN LAS FÁCILES

Hace un tiempo atrás, al término del partido con Arsenal, tras la primera caída en el año en el Bosque, quedó la sensación, casi la confirmación que la mayoría de las veces que Gimnasia tiene “todo servido”, pareciera que se complica solo y tropieza. Es mentira que afloje en las finales, lo prueban la final de la Copa Centenario, nada menos que contra el River de Pasarella, la victoria en la semifinal de la liguilla en el 92, nada menos que contra el Boca de Márcico. El 12 de julio del 2009 (obligado a convertir 3 goles y no recibir ninguno) donde logró salir adelante. Es decir, no es que a Gimnasia lo complique lo “definitorio” sino lo que se presenta como oportunidad de saltar a la “tranquilidad”, lo que parece más accesible en la previa.“Si Gimnasia le gana a Tiro Federal, se escapa, tiene todo a favor”… y ya todos saben lo que pasó. “Si Gimnasia le gana a Central o a Arsenal, comienza a transitar un camino más tranquilo en cuanto a la pelea por no descender…” y entonces se empata o se pierde. Da la sensación que el Lobo se siente mejor frente al desafío jodido, cuando viene cayendo, cuando está en el suelo y le quieren pisar la cabeza y es ahí cuando se levanta y asesta sus golpes más fuertes.También fue así el último clásico: si el clásico rival viene agrandado al Bosque, moviendo la colita por un título (y además viene de ganar y Gimnasia de una derrota): El Lobo saca pecho. Guapea.Si River hubiera venido en alza, da para pensar que se le ganaba en lugar de empatar. El año pasado, con Madelón cada vez que aparecía la sensación colectiva que se despegaba, aparecía un empate con Racing o una derrota con Colón. Pero cada vez que era definitorio, que se veía en la previa que una derrota dejaba a Gimnasia nockeado, el Lobito guapeaba y no importaba si era fuera del Bosque inclusive, aún en Tucumán o en Liniers o en la Boca se forjaron triunfos notorios, claves.Es como que el Lobo necesitara tener todo en contra para agrandarse. Cuanto más difícil la situación, más se canta en la tribuna y más se transpira en la cancha y no estoy hablando de éste equipo. Qué es lo curioso. Recuerdo circunstancias similares con Griguol, con Troglio, con Ramaciotti. (Dejando de lado el tramo oscuro cuando el Lobo alquilaba el estadio de Tolosa, donde la distorsión era tan grande que el Lobo no parecía el Lobo y donde sacando dos partidos (Independiente y Fluminense) no ganaba, absolutamente ninguno de los partidos con mucho marco de público (los clásicos, Boca, River, Racing, etc…)Cuando lo quiso apurar el equipo albirrojo (o negri-gris) de Merlo, se fue con cuatro goles adentro, de 60 y 118. Y con el de nariz prominente ganaban 2 a 0 y al estratega (que ya en Boca había sufrido seis) se le escapó la victoria y le empatamos con dos sopapos de gol bien puestos. Pero claro, como contrapartida, después se perdían puntos con equipos como Arsenal o Gimnasia de Jujuy, justo cuando estaba todo dado para lograr acomodarse arriba.Aparte de todos estos datos: El hincha de Gimnasia va contra todo y con todo en contra, gritando ¡GINASIÁ! Le toca jugar un clásico día laboral, en febrero y con lluvia, y va. Le toca jugar un partido trascendente con Chacarita, día laborable y va. Lo hacen ir por un laberinto de calles para llegar a Banfield, tardando el doble que lo habitual pero igual va, llena todo y hasta obliga a abrir otro sector. Y juega con Arsenal en un Bosque que resistió la misma lluvia que pudo con la Bombonera y el hincha está presente. Nunca nos pasa como a otros que les gana el miedo, el clima o alguna derrota. Porque la pasión, real, siempre pesa más para nosotros que cualquier otra cosa; simplemente porque no es verso, es verdadera pasión. Otros están para sentarse a aplaudir o quedarse en sus casas cuando hay temores o mal clima. Los hinchas del Lobo estamos para afrontar el desafío. Nacimos para hacer temblar la tierra. Rafael Ton NOTA PUBLICADA EN EL MES DE ABRIL EN REVISTA GINASIÁ!. Publicación Tripera mensual.

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