viernes, 14 de enero de 2011

El arquitecto del Mellizo


Guillermo Barros Schelotto habló de recuperar identidad y de la unión de los triperos. Al término de la presentación nombró al arquitecto Luis Díaz. Ésta es una entrevista publicada en la revista Ginasiá! al Arquitecto que nombró el "melli" y su proyecto para 60 y 118.


Ginasiá! visitó el estudio del arquitecto Luís Díaz en Capital Federal, dónde vemos gente joven que entra y sale. La atención fue de primera con gaseosa, sándwich, amabilidad y un ambiente donde se percibe mucho trabajo y entusiasmo. Luís nos avisa que ya viene. Observamos un Premio “Década” de Escuela Ecos. Universidad de Palermo / Fundación Oscar Tusquets Blanca de Barcelona. Observamos maquetas, libros, artículos de diarios nacionales que contienen sus fotos, planos y por encima de todo vemos dibujos de una pileta moderna, con un techo curvo y una glorieta rodeándola. Reconocemos nuestro bosque en todo eso. Nos da curiosidad y cuando llega Luís, empezamos a preguntar qué significa.

Hay que tener en cuenta que existe una pileta con medidas que nadie tiene en la ciudad, que se usa dos meses en todo el año. Por eso, techarla es una inversión a largo plazo y es parte de este proyecto estructural de remodelación, que concibe un estadio moderno, con campos de distintos deportes, el Memorial de Homenaje a Favaloro y la pileta techada. Con una pileta de esas características no se puede medir la cantidad de socios que se sumarían. Esto no es solamente para los socios que hoy tiene Gimnasia, si no para abrir el club a mucha más gente, como por ejemplo personas con capacidades diferentes y de la tercera edad. Además, se va a contar con el apoyo de las ONG que están dirigidas a todos estos sectores.

Luis afirma: “nosotros tenemos todo para hacerlo, por lo cual este proyecto que contempla el techado de una pileta olímpica y una rampa especial, es una de las bisagras que puede resultar altamente positivo para la institución. Lo tenemos todo planificado. En San Pablo hay 18 centros sociales, que tienen estas características, cuando fuimos un día a uno de ellos que se llama Pompéia, observamos 300 viejitos, esto en un solo horario, y vos te los imaginas en el Bosque y te da tristeza que nunca se haya pensado en serio concretar algo así. En la provincia de Buenos Aires no hay ninguna obra similar, esta estaría súper equipada y sería una obra modelo, es el principio de un club modelo. El proyecto es integral con accesibilidad social, pensado en forma estructural y en etapas, teniendo en cuenta la pasión de los hinchas, para integrar gente de la tercera edad, para sumar jóvenes al deporte y muchas otras cosas, en un ámbito ideal para todo esto”.

El estadio remodelado establece un vínculo muy particular con el bosque, sería parte del recorrido, y de la actividad de los deportistas. Las canchas de tenis se trasladan y se conforma allí un paseo, un lugar de encuentro, todo ayuda a que Gimnasia se potencie socialmente. Todo es posible y está planificado, hasta los ascensores para llegar a las nuevas plateas, porque habrá una peatonal especialmente diseñada para la calle 118 y parte de la 60, no habrá saltos, grampas, barro o empedrado desalineado. “Será un escenario insertado en el bosque, parte del bosque. Porque no debe haber gente en la ciudad que ame tanto ese lugar como nosotros. Formamos parte de la cultura de La Plata. Es una parada en el paseo del Bosque, un lugar que tiene que tener una confitería o un restaurante, la pileta, el museo de Gimnasia porque es el club más antiguo y esto también debe potenciarse, y sabiendo que no tiene que haber muros disonantes cortando la naturaleza” dice Luis Díaz; y agrega: “Los vestuarios estarán debajo de la nueva platea H. Y ese espacio debe desarrollarse para ser usado no solo cada 15 días. Hay que buscar convenios con la municipalidad para que en el predio que está detrás de la platea H, donde ahora está la cancha auxiliar, haya disciplinas deportivas y educativas”.

El Arquitecto Luis Díaz trabaja en el “proyecto 60 y 118” desde 1994

“Estoy en el proyecto desde el 94, una noche que fui al Club For Ever, y me encontré con Néstor Basile, fui con mi papá y con un amigo de siempre: “chiquito” Danell. Algunos hablaban en esos días de un colapso del estadio que no era tal, y ahí nos pusimos a trabajar con Teresita, mi compañera y enorme tripera que agenda desde las vacaciones hasta los trabajos, siempre teniendo en cuenta los días que va a jugar Gimnasia, y empezamos a proyectar. Lo fuímos adecuando y cambiando muchas veces”.

Un estadio en total armonía con la naturaleza

En relación al proyecto 60 y 118, el reconocido arquitecto explicó que “la buena arquitectura está en relación con la naturaleza, siempre, no solamente el edificio, si no que lo propone sobre el lugar, siempre el juego mágico que tiene la arquitectura es con la naturaleza, aquel edificio que no responde al entorno, al medio, llamémosle naturaleza, es un hecho bastante abstracto. El estadio está en armonía con eso, nosotros siempre estamos pensando en todo esto. Tiene que ver con el lugar en el que está ubicado, no podríamos pensar nuestro estadio en otro lugar. Si a nosotros nos dicen que tenemos que hacer un estadio como el de San Lorenzo en el bajo flores, tenemos que pensar otra estrategia totalmente diferente, lo cual sería un edificio mucho más introvertido, para estar en armonía con el entorno”.

El proyecto del estadio 60 y 118 está pensado como una estructura abierta, absolutamente abierta, es un edificio que respira con el bosque, y se nutre del color del bosque, porque nosotros lo planificamos de esa manera, y no va en contra del bosque. Vos pensas en el deporte, pensas en el ocio, pensas en la actividad educativa que se va a ir dando acá adentro y te das cuenta que está totalmente en armonía”.

En este sentido, el arquitecto subrayó que “todo esto es sustentable, ya que primero es necesaria la reeducación de los ciudadanos. Las ciudades han llegado a un grado de desarrollo de auto-destrucción preocupante. Por lo que producen, por los residuos, por los autos, suman la cantidad de conflictos que hoy nos quitan el sueño. Entonces uno tendría que empezar a pensar, si en el año 2000 el 60% de los chicos en Londres tiene asma por la polución y por lo que significan los automóviles, quizás nosotros tendríamos que empezar a pensar en La Plata. Hay que pensar el Bosque, pero en forma progresiva y a futuro, no estancado en proyectos que no tenían en cuenta muchas de las cosas que hoy suceden.

Cuidar la ecología pasa por lograr que un lugar degradado que no ha sido tocado desde hace 40 años, pueda ser un lugar de encuentro entre lo verde, el deporte, la alegría, y educar para que todos lo cuiden mucho más, la clave es educar, no enrejar árboles. También hay que ver que esta pasando con las destilerías, que está pasando con todas las fábricas de los alrededores de La Plata, y por otro lado uno se tendría que poner a pensar ¿Es lógico que el hincha de Gimnasia vaya en auto? Si uno cuando va caminando es una fiesta. Si uno lo toma como parte de un paseo y la ceremonia religiosa de ir a su templo, habría que hacerlo caminando, fomentarlo de alguna manera. No puedo creer que muchas veces haya que dejar el auto al lado de donde están en la tribuna. La ciudad de La Plata es una ciudad peatonal, tendría que tratar de modificar hábitos que ya están muy arraigados o que se van desarrollando en este momento. Estoy hablando del Mondongo de los lugares que estén más cerca, no de los hinchas del lobo de Villa Elisa o de Los Hornos que obviamente necesitan acercarse en transporte.

Un estadio del siglo XXI

El proyecto concibe una altura que permita ver la copa de los árboles. No hay que sacar treinta pinos, sería una locura, por ejemplo como máximo habría que sacar cuatro pinos, y se replantarían de acuerdo al estándar internacional. Inclusive ya se hizo y al por mayor: el día que el estadio cumplió 80 años en el Bosque hubo socios de todas las edades que plantaron árboles alrededor, abuelos y padres acompañando a los pibes del colegio de Gimnasia que aman el bosque. Hay gente que no sabe que el bosque no tiene por ejemplo un sistema de riego. Esto lo contempla el proyecto de Luis Díaz, quien explica: “nosotros podríamos hacer, si tenemos todas las partes con cubiertas (los techos), regar la cancha del bosque y de esa forma no gastar agua potable, si esto nosotros lo ofrecemos al entorno, este sistema de riego, estamos contribuyendo directamente, sin verso, al verde del Bosque.”

Lo mismo sucede con las energías, “el tema que tienen las energías naturalmente tienen un costo inicial alto, pero después los beneficios son espectaculares. Pueden ser paneles solares que capturan energía o, por dar un ejemplo concreto: Hay un arquitecto reconocido en Japón, que hizo un estadio en el que con los techos juntan la energía necesaria para todo el pueblo, lo cual el club gana todo ese dinero por toda la energía que está ofreciendo. Todo eso está ahí. Hay un grado de desafío que hay que llevarlo adelante. Hay que tener en cuenta que se puede y que Gimnasia es diferente. Hacerlo en etapas, porque cuando se hicieron las cabeceras, Gimnasia no lo sintió económicamente, igual que con el mantenimiento del Estadio. Esta cancha cuando volvimos, estaba casi destruida. Estaba tirado todo, abajo todo el alambrado de la H, los muros que rodeaban la cancha agujereados para un recital que nunca pasó. Y arreglar todo eso no significó que Gimnasia no funcionara en otras áreas o se tuviera que vender el plantel. Se pudo. Es un logro importante, pero que hay que potenciarlo.

¿La primera etapa sería “cerrar” las tribunas alrededor del campo de juego. Digamos sin tener en cuenta la parte alta de la platea H?

“Claro, habría que levantar la parte baja de la H, con unos cinco mil lugares, en etapas, primero hacemos el medio, primera parte de la primer etapa y después los laterales. Pero los tablones pasarían al frente de donde están ubicados hoy, es decir se instalarían a ambos lados de la techada y enfrente tendríamos una tribuna nueva de punta a punta. Se calcula, aproximadamente, con algunas circunstancias a favor: unos seis meses para llevar a cabo esta primera etapa. Y el costo de esta primera etapa es menor al precio que tienen varios buenos jugadores”.

¿Se puede seguir jugando mientras se construye?

“Es cuestión de previsión y buena voluntad, como hizo Banfield, se empieza en la obra desde el centro, e insisto: hay que tener en cuenta que los sectores populares laterales que hoy dan a la auxiliar se trasladan en frente y esto da más espacio todavía. Habría que ver que algunos partidos se tengan que jugar sin total iluminación artificial, porque se correrían las torres de lugar, pero depende, claro, de la capacidad dirigencial para tratar el tema. Si me dicen de arreglar el agujero que existe en donde estaba la platea H se puede hacer pero es como un parche. Es también desaprovechar el espacio y las oportunidades”.

Luís Díaz, nos despide con algo que vale la pena resaltar y nos hace reflexionar:

“Yo les pregunto esto: ¿Ir la cancha de Boca es lo mismo que ir a la cancha de Platense o Unión? ¿Entrar a la cancha de River o Racing es lo mismo que entrar a la cancha de Atlético Tucumán u Olimpo? Es decir, la cancha transmite algo al visitante, un escudo gigante que te recibe, una obra grande, bien hecha, marca el poder de un club. Lo que tenemos que lograr es que los visitantes cuando vengan al Bosque piensen “Si estos tipos fueron capaces de levantar esto, son grandes en serio, nos pueden ganar”.

Un proyecto en etapas, ecológico, nuestro, de avanzada ¿qué más? Qué sean otros los que alquilen de por vida, nosotros tenemos el potencial para hacer crecer lo nuestro. Basta de mediocres. ¡Qué sea el tiempo de pensar y construir en grande! Paulatinamente. Cambiar la mentalidad en un aspecto: proyectos con fechas de ejecución y planificados y no promesas. Basta de desmerecer nuestras posibilidades y desaprovecharlas. Solo queda que todos nos pongamos a empujar para lograr el club fuerte, las obras grandes que van a traer muchos mejores resultados, por lógica consecuencia, para felicidad del pueblo más pasional del mundo.

Revista Ginasiá! Nº 10

(La foto es de la web oficial: www.gimnasia.org.ar )

miércoles, 5 de enero de 2011

Aquel Lobo


El oso polar estaba en el límite natural de su territorio, a pocos metros del bosque.
Se alzó imponente, más de dos metros de gruesa musculatura, dientes asesinos. Una de las bestias más grandes del planeta.
El alce, que había abandonado su manada por miedo y escapado sin orientación, prosiguió su fatigosa carrera, buscando llegar a donde estaban los raquíticos árboles del bosque, diezmados por la nieve y la escarcha.
La enorme fiera blanca lo siguió. Con sus gruesas pisadas avanzaba hacía el bosque. Ante su cercanía, los pájaros y pequeños animalitos huían despavoridos.
El Alce se metió entre los troncos, trastabilló y cayó, ya sin fuerzas. El oso parecía que iba a seguirlo. Sin darse cuenta que en dirección recta, entre unas anchas raíces, se levantaba un lobo. Protegía su familia. Sus ojos se clavaron en la bestia alba. Todo en contra. El tamaño, las garras gigantes, el hambre que lo había llevado hasta allí. Pero detrás de él, estaba su familia. Los lobitos pequeños, las madres lobas, los lobos ancianos. Los hermanos con los que andaba por las noches. Y enfrente el gigante frío, asesino. Y detrás, su bosque, su casa, su familia.
Todo en contra. Y contra todo, aquel Lobo retrocedió dos pasos, porque había aprendido que no importa dar pasos atrás si sirve para tomar impulso. El oso avanzó y entonces en loca corrida, como un rayo negro sobre la nieve, el Lobo salió a su encuentro. No busco morder, había aprendido que el mejor golpe puede ser el avisar con convicción. Dio un golpe en el hocico del Oso y pareció que su pecho crecía y que su lomo se transformaba en una llama oscura.
Acá estoy yo. Esta es mi familia. Éste es mi territorio. Voy a ir contra todo. Eso decía el Lobo sin decir palabra.
No hay leyendas ni estatuas ni gloria ni historias contadas que atraviesan el tiempo para aquellos que se resignan fácilmente.
Lo que se quiere, si es que se quiere en serio y no solo son palabras, se defiende con dientes apretados y afilados, dispuesto a dar batalla.

Las heridas producidas por el oso fueron cicatrizando. La leyenda del lobo que ahuyentó a la bestia blanca, aquel frío asesino, del bosque, aún se sigue contando.
Sirve de ejemplo: resignarse, abandonar o ir contra todo, dispuesto a todo, para defender lo propio y quedar como leyenda.

Rafael Ton

domingo, 2 de enero de 2011

No dejemos solo a Cappa



La llegada de Ángel Cappa es un salto sobre la mediocridad. Así como el negrito Marco Pérez simbolizaba hace poco el salto de calidad dentro del campo de juego, lo de Cappa es un símbolo concreto de grandeza. La institución se arriesga y eso está muy bien (salga como salga porque el que no arriesga, no gana)
El problema es creer que es eso y punto, que con eso basta y que sólo importan los refuerzos para no descender…ahí está el error. Siempre pensar a Gimnasia en “chiquito”. Ver cómo zafar, chupar las medias a algún político de turno para ver si nos “ayudan”, llorar por la falta de pocos socios de plata que pongan mucha guita. Todo eso habla de un Gimnasia que se arrastra en lugar de caminar.
Con ese discurso ya estamos “achicando” a Gimnasia. Sin soberbia pero con firmeza hay que buscar generar GRANDEZA, porque los clubes que hacen cosas grandes son los que salen campeones. Aún con falencias.
Primero que todo, estar bien concientes, que el dinero es importante pero que más importantes son las ideas. Si todo fuera un negocio y nada más, saldría campeón Boca, Boca, River, Boca, River, y cada tanto San Lorenzo, Racing e Independiente. Porque son los que pueden tener muchos más socios, más publicidades, más inferiores porque la mayoría de los pibes del interior van primero a esos clubes. Y sin embargo salieron campeones: Vélez, Lanús, Banfield, Newells. Boca está muy abajo, Racing no entra a la Copa, River pelea por no jugar la promoción. El equipo del Vice de Grondona pelea el descenso. El club del anti-Grondona: Raúl Gámez crece y pelea todos los campeonatos. Entonces esto marca claramente que no todo se compra ni se arregla.
Hay formas de crecer como institución y poder rodear e impulsar la llegada de Cappa con medidas que marcarían un club con grandeza. ¿Qué es esto de llorar para recaudar más en un clásico? ¿Qué es esto de ir detrás de lo que hacen los ídolos de los vecinos? Eso es pensar a Gimnasia en chiquito y encima declararlo.
Hay que empezar a trabajar de otra manera, llamar a la prensa y avisar: ¡se viene el partido homenaje a Griguol y llamar a Sava y a Chirola y a Charly Carrió y a Márcico y a quién quiera estar en la despedida del “viejo” y demostrar en serio que cambiamos la imagen que somos un club agradecido a sus referentes y poner 20 mangos la popular y 100 la platea, explicando que la recaudación es para ayudar a Gimnasia y con eso sólo tenemos ganancias netas. Sin contar la televisión (ya si no logramos que algún canal se interese en un partido homenaje a Griguol...) Contemos: 15.000 populares a 20 pesos: 300.000. 1000 plateas a 100: 100.000 pesos más. Con 400.000 pesos de base en el bolsillo y con un cambio de imagen ¿necesitaríamos salir a decir que el clásico se tiene que jugar fuera del Bosque? ¿Qué club le mostramos a Cappa y a los periodistas y a la opinión pública en general? Un club que tiene como única propuesta de juntar dinero dejar su cancha para juntar un poco más de plata?...
Hay personas que algunos llaman empresarios exitosos y lo que han hecho es, fundamentalmente organizar un partido o un recital y vincularse con artistas o jugadores. ¿De que sirve tener un escenario prestado para traer a Aerosmith o a Sabina si tenemos miedo de arriesgar en nuestro propio terreno, si no buscamos hacerlo primero en el poli o en 60 y 118 para ir obteniendo práctica, experiencia y ganancias?
¿Porqué por momentos se “saltean” pasos y por otros no se piensa en el futuro del club? Cuando Racing, Independiente, Olimpo, se quejen de que ellos pagan la seguridad de los partidos pero en La Plata los que usan el estadio provincial no la pagan ¿saben que va a pasar?...cada club va a tener que pagar otra vez todo y va a ser todo mucho más caro. Estos “regalitos” ya los sufrimos: es pan para hoy hambre para mañana. Un directivo bueno es quién deja un club mejor a quién lo suplante y no quién piensa sólo en el ahora. Ya se sabe que cuando pasen las elecciones, los políticos deshacen lo firmado.
Cappa tiene que ser el principio de un club que se mueva arriesgando, haciendo ruido y pensando a lo grande en serio. ¿Cómo le vamos a decir a Cappa que algunos partidos los jugamos de local pero otros vamos a jugarlo al circo de 25 y 32? (no me digan que ese techo de lona tercermundista que quiere imitar a Europa no tiene la forma de un circo sin colores) pero sigamos: ¿se imaginan por ejemplo si en River le hubieran dicho a Cappa “los partidos chicos los jugamos en Nuñez pero con Boca, San Lorenzo vamos a jugarlos en la cancha de Vélez porque ingresa más dinero”?… ¿qué equipo grande de Argentina no pudo construir su historia en su propia cancha?
¡Basta de pensar en Gimnasia como un club chico!
Gimnasia tiene el potencial detrás de una fidelidad como ninguna otra institución ¡vamos a trabajar con eso!. El camino fácil siempre nos dejó mal, vamos a pensar en grande no sólo con el técnico, sino con todo. Como dije antes, Gimnasia – el mismo que llenó su cancha dos años seguidos peleando el descenso, vendiendo más que los que peleaban el campeonato – el mismo que volvió a ganar el clásico, a Boca, a Racing, dos finales por la promoción siendo local en su reducto del bosque – necesita una vez por todas y para siempre que se patee la mediocridad y se piense de otra manera. Trabajar pensando en grande.
Cuando contratas un técnico de la jerarquía de Cappa tenes garantizado que el país hable de Gimnasia. Eso te lleva a un respaldo, a un impulso. Y así con todo. Fíjense la paradoja de los que pregonan que solo sirve el ingreso de plata: Gimnasia paga por Cappa sin embargo, de salir bien, sería más que un negocio. Un refuerzo de renombre también, obviamente. Para eso tenemos que entender que una cosa es gastar y otra invertir. Todo lo que sea crecimiento del estadio, de las inferiores, del poli o del Bosquecito es inversión.
Tenemos que saber ver más allá del dinero que ingresa. Doy otro ejemplo imaginario: si se logra que “Los Redondos” vengan a tu estadio, logras que el país hable de Gimnasia también y no de un escenario político, sino de tu club, es ganancia doble. Claro, para eso hay riesgos.
Techar la pileta del Bosque es invertir: Sumamos socios, prestigio. ¿Cuanto cuesta? ¿Se está trabajando en eso? O los 36 miembros de comisión directiva están trabajando en traer refuerzos y nada más.
Mostrarse como un club constructor en televisión, es invertir. Si en lugar de hueco hay obras, el país dice “Gimnasia construye”. Eso reditúa mucho más que un Gimnasia que llora que no tiene plata… Hay que apuntar a lo grande y no a lo chico. Un cartel de 10 metros en el bosque para una empresa grande es mejor que 10 cartelitos distintos. El primer partido estará disponible, lo verán miles, en la cancha y por televisión. Quizás alguna propuesta se acerque. Pero esto ya da otra imagen y quizás ingrese más dinero. Pero nadie lo hace. Es preferible el kiosquito de un cartelito por acá, otro por allá, que el mostrar un club serio. Trabajar es buscar organizar eventos multitudinarios, partidos homenajes, recitales, para juntar dinero y mejorar la imagen del club, y no mostrarse contentos porque por unos meses no pagaremos la seguridad perdiendo la Localia.
Ojala éste 2011 traiga consigo un efecto “Cappa” creando más impulsos de grandeza en todos los Gimnasistas. Crecer en lo nuestro, hacernos fuertes y entonces empezar a ganar con un estilo definido, sin necesidad de trampas como alfileres o agua podrida al rival, y – como lo marca la historia – contenidos en un marco popular y en un escenario propio. Darnos cuenta por fin de la grandeza y el potencial del Club decano de América que no necesitamos obras ajenas, que podemos construir un mejor destino con los nuestros y lo nuestro.

Rafael Ton