viernes, 10 de septiembre de 2010

Unidad no es rejunte


Crisis. Uno que es optimista crónico (en algunos aspectos) recuerda siempre aquello que en chino “crisis” es la unión de dos ideogramas y que una crisis puede ser tomada como una oportunidad.
En occidente la palabra crisis señala el momento de mutación durante una enfermedad, que puede desembocar en un estado de empeoramiento o de mejoría del convaleciente. También se aplica a puntos de inflexión que marcan momentos de inestabilidad.
¿Gimnasia está en crisis?
Pareciera que sí. Hay azotes que han pegado durísimo en el pueblo tripero. Los cimientos de estos problemas son profundos. Aunque duela decirlo pero es la pura verdad.

Gimnasia no construye.
Hace años. Así estamos.

Gimnasia se somete a los vientos ajenos. Trata de zafar. Intenta poner parches. Hay socios que buscan salvaciones mágicas. Hay socios que ponen todo su amor (y son héroes en ésta historia) en distintos sectores. Pero no hay un plan organizado. No hay una constante. Hay resignados que piensan que Gimnasia no puede afrontar nada grande, propio (esto, sin dudas, es lo peor que nos puede suceder) y hay poca memoria.
Hay gente que pide unidad, lo hace con toda buena voluntad pero comete errores graves.
Si el club sigue sin construir como la mejor forma de crecer, el club pasa de la crisis a terapia intensiva (con todo lo que ello implica). Detrás de cada resultado de Vélez o de Lanús, sosteniéndolos: hay un club que se reconstruyó primero.
Pero hay gente que no piensa así, sigue sosteniendo que no hay que construir ni sumar socios que toda inversión es gasto, piensan que hay que pedir plata para “comprar jugadores y ver si nos sacamos la lotería de salir campeón. Compartiendo estadio con nuestros rivales, el estadio que diseñaron ellos y donde nuestros pibes sufrieron la peor goleada en contra, sin que nadie de los propulsores de ese engendro pidiera alguna vez perdón y se hiciera cargo. Pero hay gente que quiere conseguir plata para jugadores, jugar en cualquier lado y quejarse del hueco en 60 y 118 en lugar de levantar una platea y cambiar un poco el maquillaje de la imagen y vendiendo camisetas y gorros. Ese sería el “otro” modelo.
Que quede claro: Es imposible la unidad entre ambos modelos. O seguimos apostando mientras los pibes que defienden nuestra camiseta se bañan en Estancia Chica con agua fría en invierno, mientras el patrimonio no se cuida orgánicamente y mientras se gasta en los “Muller” los “Cornejos” o los “Casas”. O empezamos a construir más allá de los resultados para - en un par de años - empezar a tener buenos resultados gracias a tener un club sólido.
Que la impaciencia no nos haga tropezar otra vez. Porque las heridas y moretones son cada vez peores, cada vez hacen más daño.
Unidad tras objetivos: si. Rejunte: no.
Roberto Vicente, quién se negó a dar una asamblea durante su presidencia, desechando el pedido de casi mil trescientas firmas (con 600 alcanzaba) presentadas por mesa de entrada y llevadas en mano por Néstor Basile y muchos más socios, éste ex–presidente hoy figura en una mesa de consenso…recordemos que al tiempo de desechar el pedido de 1237 socios que juntaron aquellas firmas en poco más de 48 horas, presidía y cobraba un sueldo (él, no el club) como integrante de la fundación conjunta con nuestro club rival.
Vale, cerrando esto, un recuerdo: hace unos años fui a Uruguay y en una charla de actualidad y política de ambos países un uruguayo me dijo algo que me quedó grabado: “De La Rúa lleva al ministro de economía del gobierno anterior (Cavallo) para arreglar el desajuste económico que hizo el gobierno anterior. ¿Los argentinos realmente piensan que eso puede traer algo bueno?”…Ya se sabe como terminó todo.
Los que obraron autoritariamente, tiempo atrás, hoy no deberían pedir consenso, deberían pedir disculpas al pueblo tripero. Ese pueblo tripero que no recibió sueldo de la fundación estadio de Tolosa, ese pueblo que pagó de su bolsillo la cuota que hizo que Gimnasia siguiera vivo y ese pueblo que al otro día de alguna derrota está juntando dinero para volver a alentar a su Lobo, ese pueblo, de una vez por todas, merece que se CONSTRUYA, me refiero al sentido amplio de la palabra, construir en grande todo: divisiones inferiores, estadio, bosquecito, pensión, vestuarios para los pibes que defenderán nuestra camiseta y en cada rincón. Es el espíritu de los socios que apuntalan e integran “Por y para el Bosque, es el espíritu de los socios que tratan de construir el vestuario de primera en Estancia o de los socios que van todos los días al Bosquecito a terminar de construir un bufet o arreglar una cancha para los más chicos. Los socios que hacen eventos para ayudar a la pensión. Construyen sin pedir. Eso, multiplicándolo y organizándolo, hará grande a Gimnasia. Buscando soluciones no excusas, trabajando, todo para el crecimiento de Gimnasia exclusivamente, todo en azul y blanco, como debió ser siempre.
Rafael Ton
*Imágen de la platea H terminada del proyecto ecológico y que se puede ir construyendo en etapas: 60-118 del arquitecto Luis Díaz.

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